Niñez Ya es una organización que tiene como objetivo incluir un conjunto de diez asuntos impostergables para la niñez (los que llaman los 10 YA) en programas de gobierno de candidatos a cargos de elección popular y en los planes de desarrollo de quienes resultan elegidos, así como en los planes sectoriales y políticas públicas.
Este año fui invitado a su evento anual, para compartir algunas ideas sobre los futuros en la educación y el aprendizaje. Aquí queda un registro de esa intervención, así como de los documentos y enlaces mencionados.
Cuatro claves para cambiar el futuro de un mundo incierto
En un mundo lleno de incertidumbre, de múltiples crisis y de un creciente escepticismo frente al futuro, la alfabetización en futuros se torna una herramienta esencial para entender el presente y construir mejores futuros para todos. Durante mi intervención propuse que, para cambiar el futuro de un mundo incierto, es de utilidad hacer al menos cuatro (+1) cosas:
0. Pensar en futuro(S): en plural, clave para abrir el lenguaje a posibilidades que no habíamos considerado antes. Activar el plural significa que no hay un único futuro definido. 🤯
1. Reconocer el futuro esperado: Hay un futuro que cada uno de nosotros cree que va a ocurrir. Alimentado por las imágenes e ideas que consumimos, por numerosos mandatos familiares y creencias afianzadas a lo largo de la vida. En los contextos individuales y colectivos. Muchos de estos futuros son lo que Sohail Inayatullah llama “futuros usados” (los futuros de otros, que a veces aceptamos sin cuestionarlos), los cuales pueden desembocar en frustración y pérdida de sentido. Hacer visible el futuro esperado es indispensable para…
2. Cuestionar el futuro esperado: Nuevas experiencias, cambios en la dieta cognitiva, la exploración del pasado (colectivo y personal), la identificación (más o menos formal) de tendencias globales, locales y personales, o el análisis causal por capas, entre otras, son herramientas que nos permiten entender por qué el presente es cómo lo percibimos, y que nos pueden ayudar a cuestionar lo que creemos que va a ocurrir. Mirar hacia atrás nos da elementos para mirar hacia adelante y…
3. Explorar futuros alternativos: Aquí empezamos a entrar en el terreno de la imaginación. ¿Qué otras opciones pueden derivarse de las tendencias? ¿Hay eventos inesperados que podrían llevarnos a futuros imprevistos? Más allá del análisis, herramientas como los escenarios, los ejercicios especulativos o la creación de artefactos tangibles de futuro, entre muchos otros, son útiles para activar la imaginación y dar cabida a la posibilidad. Al explorar futuros posibles se abre la puerta para…
4. Construir futuros deseables: Al elegir los futuros que preferimos (desde una posición que combina los sueños con lo factible), se vuelve muy relevante la conversación respecto a las expectativas personales y su alineación con los futuros deseables en los niveles de comunidad, sociedad y especie. Palabras como regeneración o el principio de séptima generación pueden ayudar a lograr dicha alineación. Pensar no sólo en diseño, sino en construcción, nos recuerda que tenemos agencia sobre los futuros que queremos vivir.
Un ecosistema de futuros en educación
Una parte de mi presentación estuvo dedicada a compartir las actividades del ecosistema de futuros en educación en el que venimos trabajando con un grupo de colegas muy entusiastas. Compartimos en la presentación un enlace al documento que da cuenta de algunas de estas actividades, que puedes descargar aquí.








