Por invitación de Dubai Future Foundation tuve la oportunidad de asistir, por segundo año consecutivo, al Dubai Future Forum, evento realizado en el increíble Museo del Futuro y que es presentado como la “mayor reunión global de futuristas en el planeta”, congregando a expertos y practitioners de la prospectiva y el pensamiento de futuros provenientes de numerosos territorios geográficos y disciplinares.
En este año, hubo cuatro temas que sirvieron como ejes del evento: Regenerando la naturaleza, Empoderando generaciones, Trascendiendo la colaboración, y Transformando la humanidad. Con cada eje planteando preguntas, ideas y abriendo posibilidades para la exploración: ¿qué ocurre si permitimos que la naturaleza ‘haga lo suyo’? ¿cómo incluimos en la conversación y acción frente al futuro a todas las generaciones? ¿qué tal si vivir y colaborar al lado de las máquinas fuese natural? ¿qué se necesita para transformar los modelos de sociedad que tenemos hoy (si no son funcionales)?
Mi aproximación a este tema, con un foco especial en los futuros de la educación, me permitió no sólo fortalecer lazos con el equipo global de Teach the Future, sino con los líderes de diversos hubs de esta organización alrededor del planeta. Adicionalmente, fue genial poder incluir en mi red personal a personas que están creando hoy algunos de los empleos del futuro, así como hacer parte de conversaciones que ayudan a pensar en el mañana con sentido de posibilidad y a explorar rutas para construir mejores futuros para todos.
Este es un evento muy nutrido, lleno de espacios y experiencias que brindan pistas para los futuros de la educación y el aprendizaje. Si quieres saber más, inscríbete en el encuentro en línea en el que compartiremos observaciones y reflexiones sobre este interesante evento. A continuación, algunos destacados.
Una nueva relación con la energía
Angela Wilkinson, Secretaria General y CEO del Consejo Mundial de Energía se refirió a la situación energética actual (yendo más allá de la discusión sobre el rol de los combustibles fósiles), enfatizando la urgencia de avanzar en la descentralización y diversificación de los mecanismos de producción energética, y considerando que nos enfrentaremos a crisis crecientes con el paso del tiempo (no sólo ambientales sino sociales, políticas, económicas y de seguridad), que demandarán un sistema energético mucho más resiliente que el actual, con miras a 2050.
En el fondo, el gran reto tiene que ver no sólo con las intervenciones/ajustes necesarios a lo existente, sino con la transformación de la relación de nuestras sociedades con la energía y con la naturaleza. Problema: mientras esto ocurre, seguramente sobrepasaremos varios límites planetarios. La educación es, obviamente, fundamental en este asunto (y no estamos hablando solamente de educación ambiental, por cierto).
Una plataforma para revolucionar la medicina
Mary Lou Jepsen, CEO de OpenWater, (sí, la misma persona que estuvo en su momento detrás de la tecnología de OLPC) presentó resultados clínicos de un dispositivo que utiliza tecnología infrarroja y de ultrasonido para el diagnóstico y tratamiento de varias condiciones médicas: apoplejías, depresión y glioblastoma. Un mismo dispositivo para tres cosas aparentemente disímiles, con posibilidad de ampliar su alcance (escalar) a nuevas enfermedades.
Acercándose al problema desde la perspectiva de la ley de Moore y las plataformas –dos temas infaltables en la tecnología digital actual–, las soluciones que compartió tienen el potencial de revolucionar –en términos de costo, velocidad y alcance– los procesos de diagnóstico y tratamiento médico.
Será necesario ver si la tecnología está a la altura de la promesa y si las condiciones de contexto le permitirán convertirse en una solución viable a gran escala. Con eso dicho, aquí hay una interesante señal de un futuro en el que la población tiene a su alcance mecanismos tecnológicos (en la misma lógica de los celulares) que reconfiguran los sistemas de salud pública.
Necesitamos más científicos. Y los necesitamos ahora.
William Hurley, CEO de Strangeworks –una empresa enfocada en temas de computación cuántica– retomó las diversas crisis que estamos afrontando en la actualidad –que algunos ya denominan meta-crisis– y realizó un provocador llamado a abordar la causa subyacente: como especie, no tenemos suficientes científicos (la cifra que da UNESCO al respecto es contundente).
Desde su mirada, la convergencia de la inteligencia artificial y la computación cuántica podría abrir una puerta a un mundo en el que sean nuestros niños, niñas y jóvenes quienes encuentren la solución a los problemas del pasado y el presente, mientras desvelan las oportunidades del futuro.
El llamado es a focalizar nuestros esfuerzos y recursos en conectar, de manera deliberada, a una nueva generación con las herramientas mentales y tecnológicas que serán esenciales para resolver las numerosas crisis actuales y por venir, usando como cualidad de base la curiosidad (algo que, lamentablemente, parece irse desgastando a medida que los más pequeños transitan por su experiencia educativa).
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