Inteligencia artificial en educación: puntos clave y preguntas abiertas

Fui invitado al programa A pleno día de Teleantioquia, para unirme a una conversación sobre Inteligencia Artificial y Educación. A continuación, la grabación del segmento, seguida de una serie de puntos en clave de reflexión sobre lo que ha ocurrido en los últimos meses con este tema.

Algunos puntos abordados, otros no mencionados y otros más que dejan preguntas para seguir analizando (si prefieres entender primero, en mayor detalle y de manera sencilla, de qué se trata este tema, este webinar en el que hablamos de ChatGPT y el futuro de la educación superior te va a ayudar mucho):

  • La novedad no es la inteligencia artificial, que está desde hace años en nuestros teléfonos,  plataformas de redes sociales y numerosos servicios que usan algoritmos de recomendación. Tampoco es ChatGPT solamente. La novedad es la inteligencia artificial generativa, una categoría de modelos y algoritmos capaces de generar productos (imágenes, videos, audios, textos) originales con base en la información con la que son entrenados. (Tuvimos un webinar en el que abordamos una discusión sencilla y más amplia sobre este tema).
  • La mayor novedad es contar con servicios de acceso público a gran escala que son capaces de entablar conversaciones que nos hacen pensar (y más aún, sentir) que estamos hablando con alguien humano.  Como lo decíamos en un newsletter reciente, uno de los mayores peligros de los LLM para Harari es, justamente, su capacidad de generar una sensación de intimidad que lleve a algunos humanos a actuar en contra de sus propios intereses.
  • Estamos en las etapas iniciales de exploración del uso de esta tecnología en la educación.  No sólo hay nerviosismo por temas de integridad académica e impacto en la evaluación sino desconocimiento (que está relacionado con el nivel de educación, por cierto) sobre el estado actual, al mismo tiempo que una avalancha de cursos y materiales de consulta y entrenamiento, así como servicios específicos que están en desarrollo (como en el caso de Khan Academy o el tutor de Synthesis, por ejemplo) y mucha experimentación por parte de algunos equipos de apoyo a docentes en educación superior, y por algunos profesores en todos los niveles. Innumerables comentarios y análisis (algunos muy buenos) redondean el panorama.
  • Más allá de lo anterior, apenas empiezan a aparecer discusiones más amplias sobre el eventual impacto en el mesocurrículo (estamos enfocados en el nivel micro!) o las implicaciones de una eventual recomposición del mercado laboral en la oferta de programas académicos de post-secundaria.
  • Así como hay retos, la inteligencia artificial (en especial la generativa) representa una gran oportunidad para cerrar brechas, personalizar los procesos de aprendizaje, resignificar el trabajo de aula y mejorar la toma de decisiones en educación.  Pero, al igual que con tantas otras tecnologías, para que los beneficios potenciales se vuelvan tangibles habrá que pasar por numerosas decisiones políticas, económicas y educativas acertadas, y por una implementación efectiva y eficaz.  El problema es que, a la hora de volver reales los beneficios potenciales de otras tecnologías (como internet o los dispositivos móviles, por mencionar dos), no nos ha ido muy bien ni con las decisiones ni con la implementación.
  • Volviendo a las preocupaciones más amplias, la avalancha de desinformación y noticias falsas (agravada por la disponibilidad de herramientas cada vez más sofisticadas para crear imágenes, videos, audio y textos que parecen reales) puede poner en riesgo los procesos democráticos en numerosos lugares del planeta, tal como ya lo vimos en los últimos años en algunos países con la publicidad en redes sociales.
  • El reto se renueva, cada vez con más urgencia: nuestros niños, niñas y jóvenes van a necesitar modelos de rol frente al uso de estas tecnologías.  Para convertirse en esos modelos de rol, los adultos que los acompañan (tanto en los contextos familiares como educativos) tendrán que familiarizarse cada vez más con estas tecnologías y con sus efectos, y promover conversaciones que les permitan a todos entender sus consecuencias positivas y negativas, y construir un sentido de posibilidad, de responsabilidad y de urgencia frente al tema.  Como decíamos antes, lamentablemente no hemos tenido buenos antecedentes en esta tarea con tecnologías previas y, si hemos de ver el panorama global actual, esto se suma a los problemas estructurales que nos siguen afectando y que, a pesar de toda nuestra inteligencia, capacidad e inventiva, no hemos logrado (¿o querido?) resolver.
  • Es claro que los problemas que empiezan a emerger y sus eventuales soluciones no son asunto de una sola disciplina. No podemos confiar en que los problemas que genera la tecnología sean resueltos con más tecnología. Por ejemplo, frente a los problemas de integridad académica empiezan a aparecer numerosos servicios de “verificación” que prometen diferenciar un texto generado por un modelo de IA de otro escrito por un humano. Pero, como ya empezamos a ver, no sólo es muy sencillo engañar a estos servicios sino que los falsos positivos que generan afectan principalmente a poblaciones con dominio limitado de una segunda lengua (o de su lengua nativa, si a eso vamos).
  • Como los efectos son multidimensionales, la respuesta también tendrá que serlo. Las decisiones de regulación serán decisivas, aunque no es claro todavía el efecto que tendrán regulaciones específicas de países que no son productores de estas tecnologías. Puede que, con el fin de buscar obtener beneficios, los países en desarrollo asuman posturas laxas como la de Japón, en especial en lo relacionado con modelos de código abierto, pero la regulación local puede no ser suficiente para proteger a un país de los eventuales efectos de la IA en los mercados laborales globales.
  • Más allá de la definición de una regulación (que va a ser indispensable), el reto estará en su implementación. Para el sector educativo, en particular, son muy bienvenidos los esfuerzos de UNESCO (que mencionamos en este newsletter) en la generación de recomendaciones y lineamientos, y en mantener el tema presente en la agenda pública. La pregunta es si tales recomendaciones llegarán a implementarse y con qué velocidad lo harán. La inestabilidad política y un ambiente partidista enrarecido no ayudan mucho en este sentido.

Mucho para pensar, y numerosas excusas para seguir en la tarea de reaprender. Si deseas seguir en conexión con estos temas y ampliar tu perspectiva, ¡lee uno de nuestros newsletters semanales y suscríbete!

Sobre el autor

Soy Diego Leal . Mi propósito es ayudar a individuos y organizaciones educativas a descubrir un sentido de posibilidad frente al futuro, por medio de experiencias de aprendizaje innovadoras y memorables. Me sorprende lo poco que sabemos y lo mucho que creemos saber.




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