Oi Futuro, registro visual y una frase controversial…

Ayer, como parte de los seminarios que son ofrecidos de vez en cuando por la UFRJ, tuve la oportunidad de escuchar a Alessandra Moura, quien es parte del Instituto Oi Futuro (encargado de los temas de responsabilidad social de Oi, uno de los operadores de telefonía celular y acceso a Internet más grandes del país).   Alessandra hace parte de un equipo que trabaja en uno de los programas de Oi Futuro en el área educativa, llamado Tonomundo.

La charla de Alessandra fue una excusa para intentar una forma diferente de tomar notas.  Hace poco recibí el libro Mapping Inner Space, de Nancy Margulies y Nusa Maal, que trata de mapeo mental y sirve como introducción a la labor de Registro visual.  Así que lo que intenté fue "tomar notas" de una manera más 'visual' posible , lo cual no quiere decir que tuve éxito, pues me falta mucho para ser un buen dibujante.  Igual, es mi primer intento, así que todo es ganacia. :>>

Las 'notas' que tomé fueron inicialmente en lápiz, para hacerlo sencillo.  Luego, una fotografía (mi versión de "escanear" sin escáner) y algo de edición en Photoshop (lo cual no hacía hace rato).  Aquí está el antes y el después de mis 'notas':

Oi tonomundo - Mapa Inicial

La edición fue más un asunto de limpieza y de colorear algunas zona, sin pensarlo demasiado (el color habría podido ser usado de una manera mucho más efectiva para codificar ciertas áreas de la presentación):

Oi tonomundo - Mapa Final

Lo que me gustó del ejercicio fue la posiblidad de organizar de una manera muy diferente la información.  Con frecuencia sucumbí a la transcripción de viñetas, pero como decía, es un primer ejercicio, y poco a poco espero desarrollar más habilidad para capturar conceptos específicos. La otra cosa que no imagino todavía es el uso de color en "vivo".  Me temo que me inquietaría demasiado "arruinar" el mapa.

He estado pensando que un ejercicio interesante podría ser intentar mapear algunas charlas TED (um, podría ser una excusa para retomar TEDucadores) a ver qué sale, como entrenemiento.  Ahora se me ocurre que podría ser un simpático ejercicio para realizar con otras personas, pues el otro asunto es que no he visto muchas personas en nuestro entorno (o mejor, en MI entorno) que hagan este tipo de registro.  Por supuesto, están Nancy White (y Rachel Smith lo intentó recientemente en Northern Voice), pero en español no he visto mucho todavía.

Pasando al otro tema de este post, hubo una frase controversial, que de hecho aparece bastante grande en el mapa de registro y que no pude dejar pasar.  Hacia la mitad de su presentación, Alessandra se refirió a un político (no identificado) que en alguna reunión sobre temas educativos se puso de pie en medio de la discusión, tomó la palabra y dijo lo siguiente:

"Es necesario salvar a la educación de los salvadores de la educación."

Claramente, esta frase es muy provocadora, y a la vez provocativa, pues sirve para aplicarla en muy diversos contextos.  Por eso pregunté acerca del contexto original, pues me está empezando a producir algo de desconfianza esta manía de usar cualquier frase para justificar cualquier cosa.

Alessandra explicó que, en su contexto original, la frase aparece porque en una reunión sobre un proyecto educativo, un individuo insistía en proponer ciertas cosas (ella no mencionó qué exactamente) que no tomaban en cuenta lo que decían los docentes y directivos institucionales que estaban presentes.  Según entendí, el lío es que esta persona (según Alessandra) no consideraba otro punto de vista que no fuera el propio, y se presentaba de algún modo como el "que sí sabía qué era lo que había que hacer"  (actitud que me parece peligrosa y envidiable a la vez), como "salvador de la educación".  Así que, supongo que después de una discusión muy desgastante, este político se pone de pie, dice lo que dice y, de acuerdo con Alessandra, dejó sin palabras a los asistentes.

Con este contexto, el asunto se entiende muy bien.  Pero tiene otras lecturas posibles.  Durante mi paso por el Ministerio de Educación, por ejemplo, pude ver de primera mano la inmensa dificultad de coordinar los esfuerzos que diversas organizaciones ponen en marcha (y me estoy refiriendo sólo al área de las TIC).  Hay demasiados intereses y visiones de mundo en juego, y eso hace que lo que es una respuesta fundamental para unos, para otros sea apenas una parte del problema.

Tal empresa decide que lo que va a hacer es localizar los "contenidos" (ay) que fueron desarrollados en otro lugar, para lanzar su propio "portal".  Otra decide que los programas de formación docente deben apuntar a sus productos de software y no a otros.  Otra entidad estatal (por alguna razón) decide que lo que hay que hacer es comprar y poner computadores en una escuela, y llama una semana antes del lanzamiento (!!!) a preguntar qué hacer con ellos desde el punto de vista educativo.  Otro promociona hasta el cansancio el último tablero digital, la última versión del programa de código abierto, el último dispositivo de alta tecnología, como lo que hacía falta para modermizar y revolucionar a la escuela.  El Ministerio de Educación hace su mejor esfuerzo para 'organizar' todo lo que ocurre.  Y a pesar de todo ello, en muchos casos los resultados no son tan diferentes a lo que este clásico video mostraba de manera contundente:






¿Y qué relación tiene todo esto con la frase?  Pues que hay ciertos 'salvadores de la educación' de los que definitivamente valdría la pena salvar a la educación.  Muchos de ellos son quienes siguen convencidos de que la tecnología por sí misma va a cambiar todo (para bien).

Creo que en parte por lo anterior es que mi discurso se ha moderado enormemente en los últimos años.  Basta con salir a la calle, ver la televisión o navegar un rato por la red para recordar la impresionante complejidad (y diversidad) del mundo que nos rodea.  ¿Existen soluciones universales? Me temo que no.  De ningún tipo.  ¿Existen respuestas correctas o finales? Me temo que tampoco.  Basta con dar una mirada a la historia para encontrar una y otra vez respuestas "correctas" y "finales" que dejaron de serlo 50, 100, 500 años después.  Es un asunto de perspectiva.  ¿Acaso sabemos cuáles de nuestras respuestas "correctas", a las que tanta energía les ponemos, serán una anécdota curiosa dentro de 100, 200 años?  Una vez más, me temo que no.

Por eso prefiero dudar y preguntarme sobre lo que veo, percibo y creo comprender.  Si bien los párrafos anteriores muestran una posición algo beligerante frente a diversas 'respuestas' al problema de la educación, lo cierto es que poco a poco veo que es inevitable que tales 'respuestas' aparezcan y sean puestas en práctica.  Y no sólo es inevitable, sino deseable, pues de allí podrían surgir verdaderas respuestas para los problemas más críticos de nuestra especie.

Lo que sería fabuloso, digo yo, es que nos atreviéramos a hablar de manera abierta de los problemas y de las limitaciones  de nuestras propias respuestas.  Que nos permitiéramos ver más allá de nuestra identidad institucional o intelectual, para considerar los supuestos sobre los cuales hemos construido tales certezas.  Aunque resulta algo ingenuo, no dejo de imaginar cómo sería el mundo si el representante de Microsoft reconociera abiertamente las limitaciones de sus productos, mientras el vocero del software libre hace lo propio.  Si el vendedor de tal o cual tecnología diera una mirada a la historia reciente y descubriera que, una y otra vez, el aparato que ha sido promulgado como la 'revolución' (en términos educativos) ha dejado de ser relevante unos años después, para dar paso a la siguiente novedad, y lo reconociera de tal manera en las reuniones que tiene con posibles compradores.

No dejo de pensar en cómo sería el mundo si docentes y directivos hicieran (o hiciéramos, pues al fin y al cabo también soy docente, no?) más preguntas incómodas a los vendedores y gurús de las nuevas tecnologías, como lo sugería Stephen en su charla de 2004.

Así que, después de todo, la frase no me convence porque tiene demasiada ambigüedad.  Si tenemos que salvar a la educación de los salvadores de la educación, nos estamos conviertiendo en salvadores, así que la educación debería ser salvada de nosotros mismos.  Una contradicción clara, pero que no es abordada cuando se suelta una frase "provocadora" en medio de una presentación.  Y el riesgo que corremos es seguirla repitiendo (como tantas otras cosas) de manera automática, porque suena/parece bien, sin detenernos a realizar esas preguntas incómodas.

Todo esto me obliga a tratar de ser consecuente, y cuidarme de reconocer y señalar las limitaciones de experiencias como las de los cursos abiertos, que pueden servir para algunas cosas y no para todas.  Así como a tratar de cuidar al máximo lo que incluyo en mis presentaciones, o en mis intervenciones en público (a partir de esta reflexión, con un transfondo de memética), reconociendo la responsabilidad inherente a hacer parte de estos espacios en línea.

No está de más mencionar que, al menos hasta donde alcancé a ver, el tema de la responsabilidad social tiene un alcance y una madurez muy notoria en Brasil, y el trabajo de Institutos como Oi Futuro, o de Vivo Educa (quienes me han invitado a un seminario en Sao Paulo el próximo mes) en realidad tiene un impacto de gran escala.  Como se indica en las notas, Oi Futuro provee conectividad (gratuita!) a 45 mil escuelas de Brasil, y el programa Tonomundo ha sido adoptado como política pública en varios estados de Brasil, y en la república de Mozambique en Africa.

Igual, esta es una primera mirada a lo que ocurre localmente, que como suele ocurrir en las presentaciones, suele sonar siempre bastante bien.  Ver para creer.  ;)

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Sobre el autor

Soy Diego Leal . Mi propósito es ayudar a individuos y organizaciones educativas a descubrir un sentido de posibilidad frente al futuro, por medio de experiencias de aprendizaje innovadoras y memorables. Me sorprende lo poco que sabemos y lo mucho que creemos saber.




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