Me prometí que no dejaría que terminara el mes de Enero sin completar mi reflexión sobre lo que aprendí el año anterior, la cual de hecho es muy importante para aclarar ideas y descubrir nuevas cosas en las que podría (o debería) profundizar. También siento que es algo que en realidad necesito, pues mi perspectiva en este momento es algo pesimista, y tal vez regresar sobre lo que ocurrió en el año me permita ver muchas cosas en su justa dimensión.
2009 fue un año con menos tensiones que 2008, o al menos, con tensiones de otra naturaleza. Fue el primer año en el que no tuve una vinculación laboral estable, lo cual trajo consigo un altísimo nivel de incertidumbre, que todavía estoy tratando de aprender a manejar. Sin embargo, al mismo tiempo 2009 fue tal vez el año en el que más viajé, y estuvo lleno de oportunidades de ver otras realidades, de ir más allá de muchos estereotipos, y de empezar a descubrir una complejidad que había sido invisible durante mucho tiempo.