Para este desafío, usaremos como material de base parte del trabajo de Etienne Wenger, Nancy White y John D. Smith, incluido en el libro Digital Habitats: stewarding technology for communities.
En este libro, se definen algunas orientaciones posibles para una comunidad de práctica. La orientación de una comunidad hacia el proceso de aprendizaje conjunto cambia según los intereses de los distintos miembros de la misma. Note que si estamos partiendo de una red más amplia, las orientaciones nos pueden ayudar a definir pasos para fortalecer lazos y avanzar en la consolidación de una comunidad.
Las orientaciones propuestas por Wenger, White y Smith ayudan a evidenciar rápidamente tanto las actividades típicas como las herramientas que pueden ser usadas para enfocar nuestra intervención en una comunidad:
- Reuniones: Encuentros presenciales o en línea con una agenda determinada.
- Proyectos: Tareas con productos o resultados específicos (ej: identificar una nueva práctica y refinarla).
- Acceso a experticia: Aprender de practicantes con experiencia (acceso a expertos temáticos).
- Relaciones: Lograr conocerse entre sí (networking, desarrollo de confianza, descubrimiento mutuo).
- Contexto: Si la actividad y los productos son privados, sirven a una organización, o a un entorno más amplio (qué se mantiene dentro de la comunidad, qué se comparte con el mundo).
- Cultivo de comunidad: Reclutamiento, orientación y soporte a nuevos miembros, hacer ‘crecer’ la comunidad.
- Participación individual: Permitir a los miembros desarrollar su propia experiencia de la comunidad (ej: decidir sobre objetivos, acceder al material cuándo y como cada cual quiera).
- Contenido: Foco en el registro y publicación de lo que la comunidad sabe y conoce (boletines, publicación de artículos, etc.)
- Conversaciones abiertas: Conversaciones que aparecen y desparecen a lo largo del tiempo, sin un propósito específico (como en una lista de correo, un foro web, Twitter, etc.).
Lo que vamos a hacer en este nivel es identificar, a partir del análisis que hicimos en los niveles 4 y 5, cuál es la orientación que tiene actualmente nuestra red profesional, para luego definir cuál es la orientación que nos gustaría que tuviese. Note que lo que haremos es poner un nombre a esas relaciones existentes y nuevas que dibujamos para nuestras redes durante los niveles anteriores.
Para eso, usaremos un diagrama de araña, como el siguiente:
Para empezar descargue el diagrama de araña (disponible en dos versiones: una presentación o una hoja de cálculo). Piense en las distintas orientaciones como posibilidades para tejer una red profesional, pero sin olvidar que todo tejido de red comienza por el fortalecimiento de su propia red personal (y la de las otras personas que hacen parte de ella).
Complete el diagrama de araña indicando en qué estado se encuentra su red profesional frente a cada orientación, dibujando puntos en cada una de las líneas (entre más alejado del centro se encuentre cada punto, mayor es su relevancia) y uniéndolos después. Si hay aspectos que no son pertinentes para su caso particular, puede poner puntos en el centro del diagrama.
¿Listo? Regrese ahora a su diagrama de red y pregúntese qué es lo que desea lograr con su red profesional, usando como guía las preguntas del primer desafío del nivel 5. ¿Podría identificar un conjunto pequeño de objetivos (no más de tres) que quiere lograr con su red profesional?
En el diagrama de araña que está elaborando, incluya un nuevo conjunto de puntos, esta vez señalando qué orientaciones tendrá en cuenta para lograr los propósitos que espera lograr. Por ejemplo, este es un posible diagrama que indica en rojo un estado inicial y en verde un estado deseado:
Note que diferentes diagramas indican diversas intenciones, y sugiere el énfasis que debe ponerse en cada aspecto para llegar al estado deseado.
Una vez haya terminado, exporte su diagrama como una imagen. Cree una nueva entrada en su blog, en la que incluya su imagen, indique los objetivos que se ha propuesto con su red profesional, describa cómo las distintas orientaciones contribuyen a lograrlo y qué retos aparecen. No se trata de describir en detalle las actividades que piensa llevar a cabo, sino de identificar en dónde deben estar concentrados sus esfuerzos, según sus condiciones y posibilidades.