Producido por investigadores de la Universidad de Washington y la Universidad de Maine, este metareview de 225 estudios indica que existe una mejora tangible en los resultados de estudiantes de pregrado en áreas STEM que participan en experiencias de aprendizaje activo, en comparación con metodologías magistrales (los mayores efectos se encuentran en clases de menos de 50 estudiantes).
¿Por qué es importante?
En el contexto universitario de pregrado, las competencias matemáticas y científicas (en especial en las áreas de cálculo y física) son decisivas para la permanencia de los estudiantes. El nivel de logro alcanzado en la educación secundaria suele quedarse corto para lo requerido en el nivel universitario, lo que genera altos niveles de repitencia y deserción. Adicionalmente, unas bases débiles en estas áreas tienen impacto en el conocimiento (y el futuro desempeño) profesional en sectores clave para el desarrollo científico y económico de un país. Una práctica informada por la evidencia es clave para empezar a resolver estas brechas.
Un futuro posible
En 2033, nueva normatividad obliga a que todas las clases de pregrado en áreas STEM sean de menos de 40 estudiantes, lo que obliga a las instituciones a replantear los modelos operativos de estas áreas. A través de agentes digitales inteligentes, soluciones de telepresencia por demanda y el uso de realidades mixtas, se avanza hacia una personalización de la experiencia de aprendizaje activo, distribuyendo estudiantes entre instituciones y grupos con diferentes niveles de matrícula.
Referencia: Freeman, S., Eddy, S. L., McDonough, M., Smith, M. K., Okoroafor, N., Jordt, H., & Wenderoth, M. P. (2014). Active learning increases student performance in science, engineering, and mathematics. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 111(23), 8410–8415. https://doi.org/10.1073/pnas.1319030111